Monday, March 27, 2017

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero citando mi tesis doctoral

Hace años, cuando comencé a escribir mi tesis doctoral, me encontré con un profesor quien me enseñó que una tesis es un proceso que hay que disfrutarlo, y me dijo que la alegría de un doctor no es el título, sino el camino que hace para obtenerlo. Hoy y siendo ya doctor me acuerdo de aquellas palabras, y me siento dichoso porque además de disfrutar del proceso, estoy disfrutando de los resultados del esfuerzo y el tiempo invertido en la tesis.

Para un doctor, es siempre una gran alegría saber que hay quien se interesa por su tesis, la consulta y la cita, y si el interesado es un ex presidente del gobierno, la alegría es doble. Para mí, es un honor escuchar al presidente José Luís Rodríguez Zapatero citando palabras de mi tesis en sus conferencias, en donde sigue sembrando semillas de paz y trabajando para el buen entendimiento entre las culturas, los pueblos y sobre todo las personas del mundo.

Por consiguiente, sabiendo que el título de mi tesis era “La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas y la Transformación de Conflictos entre las Sociedades Musulmanas y Occidentales”, me gustaría compartir con todos la parte de mi tesis, que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero citó en su conferencia anunciada en la inauguración de la Cátedra de Estudios de Civilización Islámica y Renovación del Pensamiento religioso, y que se puede escuchar en el vídeo adjuntado.

La Alianza de Civilizaciones arrancó apenas hace 10 años pero tiene ya una larga historia.

Said Bahajin ha sistematizado esta historia en tres fases:

• Primera fase: el período constituyente, que abarca desde el lanzamiento de la iniciativa hasta diciembre de 2006. Y que estuvo jalonado por una serie de pasos concretos como: la intervención del Presidente del Gobierno ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el copatrocinio de Turquía, la creación del Grupo de Alto Nivel (GAN), y presentación por parte el Secretario General de la ONU del Informe Final del GAN en una sesión de la Asamblea General el 18 de diciembre de 2006. En esta fase se estableció igualmente una Secretaría de apoyo con sede en Nueva York.

• Segunda fase: período de consolidación e institucionalización: a partir del 1 de julio de 2007 hasta finales de 2010. Arrancó con el inicio del mandato del nuevo Secretario General, Ban KiMoon, quien ejecutó las recomendaciones del GAN empezando con el nombramiento de un Alto Representante. Es una fase marcada por la presentación del Plan de Acción 2007-2009, la organización del I Foro de la Alianza de Civilizaciones en España, la presentación de las primeras estrategias nacionales 7 de España y Nueva Zelanda, la firma de acuerdos entre la Alianza y diversas organizaciones internacionales, la presentación del primer Informe Anual del alto Representante a la Asamblea General, la celebración del II Foro de la alianza en Turquía, la presentación del Plan de Acción 2009-2011, la presentación del II Informe Anual, la adopción por consenso de la resolución A/64/L.14 sobre la Alianza de Civilizaciones, y la organización del III Foro de la alianza en Brasil.

• Tercera Fase: período de sostenibilidad: Que comprendería los tres últimos años, durante los que se presentó el tercer Plan de Acción de la Alianza 2011-2013, el IV Informe Anual del Alto Representante y se celebraron el IV Foro en Qatar, el V en Austria y el VI en Bali.

Al final, no me queda más que agradecer al presidente Zapatero su interés en mi obra.

Said Bahajin
Doctor en Estudios Internacionales de Paz e Investigador en la Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz, Universitat Jaume I, España

Thursday, March 23, 2017

Miedos asesinos vs Inteligencia cultural



Parece que vivimos en un mundo en donde el miedo nos paraliza, y no nos deja disfrutar de lo mejor que tiene la humanidad, que es la diversidad que nos permite como personas, conocer a los demás y conocernos a nosotros mismos. Esos miedos, son miedos asesinos porque son negativos y se alimentan de violencias e ignorancias, matando en el ser humano su esencia e impidiendo a las personas compartir su amor, felicidad y cariño con el otro diferente. Es cierto, que el miedo a disfrutar de la riqueza que ofrece la diversidad es pobreza, al igual que el miedo a la muerte es la muerte en sí, porque son miedos que hacen que las personas pierdan el sentido de la vida, y cuando uno pierde el sentido de la vida se torna en un ser peligroso que le da lo mismo todo. Al mismo tiempo, cuando uno tiene miedo de otra persona, cultura o religión, se convierte en una persona vulnerable, y puede ser utilizada por algunos radicales, que alimentan las tensiones culturales y religiosas para garantizar sus intereses económicos y políticos.

Esos miedos asesinos, los llamamos así porque son el origen de muchos actos violentos, xenófobos y racistas que se registran en varios puntos de encuentro entre diferentes culturas y religiones, y deben ser el origen de nuestras preocupaciones y nuestras actuaciones para transformarlos y hacer que nuestras sociedades sean inclusivas, que abarquen a todas las personas con el fin de enriquecer la civilización humana.

Por lo tanto, los miedos asesinos son siempre transformables si se tratan a tiempo, porque el miedo nunca puede vencer la voluntad humana, y siempre está en nuestras manos utilizar nuestra inteligencia cultural para construir un futuro pacífico que beneficie a toda la humanidad, ya que la imagen que tenemos del otro y del futuro, influye en nuestras acciones del presente, y si creamos una imagen positiva del otro haciendo uso de la inteligencia cultural podemos transformar esos miedos asesinos y crear espacios de encuentro y paz a pesar de las diferencias.


Entonces, no hay duda de que las personas que crean miedo y terror en el  mundo usan de manera negativa su inteligencia cultural, ejemplo de ello es la idea que tuvo el presidente americano George Bush de asociar el terrorismo al Islam y hablar del terrorismo islámico, o Ben Laden de presentar a los occidentales como se fueran herejes.

Esa manera de usar la imaginación y la inteligencia para crear términos y programas que fomentan el miedo y el choque entre las culturas y las civilizaciones, es la inteligencia que deben utilizar las personas que creen en la paz y el amor, para acabar con los terrorismos y radicalismos violentos que amenazan la coexistencia pacífica de la humanidad, y crear alianzas entre países, culturas y, sobre todo, entre las personas. Y esto es lo que están consiguiendo niños de diferentes países que trabajan en proyectos de educación para la paz como Creando Puentes.

                                   
Ciertamente, en un mundo global necesitamos aprender a usar la inteligencia cultural, conocer a los demás, acercarnos a su cultura y usar la empatía para fomentar la compresión mutua y el entendimiento entre todos los pueblos, sin imponer la fe y la cultura del más fuerte, sino respetando las diferencias, y promoviendo los derechos humanos y las libertades, que nos puedan ayudar a confrontar los retos que tiene la humanidad en la era de globalización.

Una era en donde no solamente la información y el capital están globalizados sino también el odio y el miedo. De hecho, es una era que requiere personas abiertas y respetuosas con las diferencias culturales y religiosas, que aprendan el uno del otro a través del diálogo y la comunicación cultural, y que respeten a la mujer y a la diversidad. En definitiva, que sepan usar la inteligencia cultural, que no puede resolver todos nuestros conflictos y miedos, pero que es el camino para encontrar las vías adecuadas para transformarlos.

Personalmente, creo que para transformar nuestros miedos asesinos necesitamos que cada uno de nosotros, desde su área de trabajo, asuma su parte de la responsabilidad, actuando de manera respetuosa con los demás, usando sus capacidades y competencias para hacer las cosas de manera pacífica y educando a los niños de hoy a ser inteligentes culturalmente, a participar con sus ideas y acciones en mejorar el mundo en donde vivimos, a generar dinámicas positivas y a apostar por la fuerza de la palabra y la acción. Esa voluntad de todos; estados y ciudadanos, de pasar del estado de observación al estado de la actuación, es fundamental para lograr una civilización de alianzas, que tendrá como objetivo alcanzar el progreso de la civilización humana, mediante alianzas políticas, culturales y económicas entre otras que la fortalezcan.

Said Bahajin

Doctor en Estudios Internacionales de Paz e Investigador en la Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz, Universitat Jaume I, España.