A pesar de los
bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado
Islámico, ese último sigue avanzando en el terreno, y últimamente ha tomado
varios puntos estratégicos de Kobane conocida como Ain al Arab, una ciudad
kurda cerca de la frontera con Turquía.
Parece que Estados
Unidos y sus aliados no aprendieron de los fracasos en Afganistán e Irak y
siguen optando por la opción militar sabiendo que no será suficiente para acabar
con los combatientes del EI. De hecho, Chuck Hagel, Secretario de defensa de
los Estados Unidos dijo en una rueda de prensa el 18 de septiembre 2014, que la
fuerza militar no es suficiente para derrotar al EI.
Por lo tanto,
Occidente sabe que la vía militar no es suficiente para combatir el terrorismo
como señaló Tony Blair en un artículo publicado el 2008 en The New York Time,
y sabe también que es una vía de larga duración, como aseguró Hillary Clinton según
un artículo publicado en CNN árabe el 7 de octubre de 2014, y como confirmó el
ex Secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, en una entrevista publicada el
6 de octubre de 2014 en USA Today, señalando que la guerra contra EI
durará unos 30 años.
Entonces, una
ofensiva militar contra el EI además de ser insuficiente, es de larga duración y
encima costará la vida de miles de inocentes y el derroche de millones de
dólares. Según Javier Jiménez Olmos, coronel de aviación (en reserva) y doctor
en “paz y la seguridad internacional”, los expertos analistas calculan que la
guerra contra EI puede costar a los Estados Unidos entre un 20 mil y 30 mil
millones al año. Y la pregunta es por qué invertir miles de millones en la vía
militar sabiendo que no dará resultados.
Si hay solamente
una vía violenta que es la militar para luchar contra el EI seguro hay varias
vías pacíficas para acabar con su ideología. Una de ellas, es ser sinceros y
reconocer sin rodeos que hay muchos intereses en juego, y que los recursos petrolíferos
forman parte del conflicto. Se sabe que el EI controla ahora una zona clave de
la industria petrolera en Siria e Irak y vende el barril de petróleo a precios entre
18 y 30 dólares mientras que su precio en el mercado supera los 85 dólares. Con
la comercialización y la venta del petróleo de Siria e Irak el EI gana entre 2
y 3 millones de dólares al día, y la pregunta que debemos hacer es quiénes son
los Estados que se benefician del conflicto y compran ese petróleo sabiendo que
con el dinero pagado financian y apoyan a una organización terrorista que corta
las cabezas de musulmanes antes de los no musulmanes.
Otra vía, sería
utilizar la yihad pacífica, y empezar en los países de origen y residencia de
los combatientes, organizando campañas de sensibilización contra la ideología
de EI en las universidades, espacios públicos, medios de comunicación y sobre
todo en las mezquitas. Los propios
ex combatientes que regresaron a sus países y están encarcelados pueden
participar en esas campañas junto con familiares de los combatientes e Imanes de
las mezquitas. Es lamentable saber que los países de salida de los
combatientes no están haciendo lo necesario para impedir la captación de más
jóvenes por el EI y su viaje a Siria e Irak. Los estados llamados islámicos
tienen la obligación de enseñar el verdadero significado de la Yihad y dar a
conocer el verdadero mensaje del Islam que se opone al mensaje terrorífico del
EI y aconseja a los musulmanes a hacer la yihad pacífica mediante el uso de las
enseñanzas del Corán (Sura: 25, Versículo: 52), o sea utilizando la fuerza de
la palabra, la ética y de las buenas acciones. Es necesario pues reislamizar a
los musulmanes y optar por el alfabetismo escolar, político y sobre todo
religioso en los países musulmanes. Creo que la mejor manera de luchar contra
los combatientes del EI es utilizar el mismo instrumento que ellos utilizan. Si
ellos manipulan el Islam para atraer a más seguidores y sembrar miedo, es en el
Islam donde tenemos que apoyarnos para demostrar sus mentiras, y aclarar que su
ideología es ajena al mensaje de todas las religiones y del Islam que enseña a
los musulmanes «que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni
corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y
que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la
Humanidad» (Sura: 5, Versículo: 32).
Por último, EEUU
y sus aliados deben reconocer el papel del poder blando para evitar el choque
de fundamentalismos, y en vez de gastar dinero en armas sería mejor invertir en
la paz y unir a todos los pueblos con el fin de realizar acciones en el terreno
que podrán contrarrestar las ideas y los sentimientos que utilizan los
fundamentalistas. En este sentido, hay que reformar a las Naciones Unidas y utilizar
sus plataformas, sobre todo la Alianza de Civilizaciones, que puede ser un
instrumento de la yihad pacífica en manos del Secretario General de las
Naciones Unidas para alcanzar la seguridad humana, y transformar pacíficamente
los conflictos de Oriente Medio que amenazan la civilización humana.
Said BahajinInvestigador en la Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz.
Universidad Jaume I, España.