P: Muchos dicen que el islam chií es tan distante del Islam suní que podría tener más similitudes con el cristianismo. ¿Es eso cierto? ¿Por qué?
R: Primero hay que dejar claro que no existe un Islam chií y otro suní, solamente existe un Islam y un Corán que ha sido revelado al profeta Mohamed, pero al igual que pasa en el cristianismo en donde encontramos a católicos, ortodoxos y protestantes, también en el Islam encontramos a musulmanes chiíes y otros suníes. Eso quiere decir, que tanto los suníes como los chiíes creen en un único Dios que revelo el Corán a su último profeta Mohamed, pero tienen un desacuerdo histórico que empezó con la muerte del profeta y que consistía en determinar quién le iba a suceder. Los chiitas querían nombrar a Ali, primo del profeta y marido de su hija Fátima como primer califa, y los suníes querían a Abu bakr, uno de los compañeros del profeta. Eso muestra que las diferencias entre las dos ramas no son confesionales, y que los musulmanes suníes no son tan distantes de los chiitas.
Ahora bien, en mi opinión creo que no solamente el Islam suní tiene similitudes con el cristianismo, sino las tres religiones monoteístas el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam tienen muchas similitudes y muchas cosas que las unen. Por tanto, nunca las religiones pueden ser motivo de guerras o de separación entre los siervos de Dios, aunque siempre habrá personas o estados que utilizan las religiones para alcanzar sus intereses, y nuestro deber como personas que creen en el diálogo entre las religiones es mostrar a todo el mundo, creyentes y no creyentes, que todas las religiones llaman a la paz y no a la violencia, y que no existe un terrorismo religioso ni una religión terrorista, sino personas que utilizan las religiones para dominar el mundo sembrando miedo y terror entre la humanidad.
P: ¿Hacia dónde va el islam chií moderno?
R: Para mí no existe un islam chií moderno, sino unos musulmanes chiitas que con la revolución iraní de 1979 y la caída del régimen del Shah obtuvieron una fama que traspaso las fronteras hasta el punto de que muchos países musulmanes y árabes temían que la revolución pasara a sus países y acabara con sus regímenes. En la actualidad se habla de un chiismo moderno porque antes de la revolución de Ayatola Jomeini pocos habían escuchado hablar de los chiitas, que son una minoría musulmana, pero después pasaron a ser noticia no sólo in Irán sino también en el Líbano con Hizbulah y su resistencia al ejército israelí en 2006. Eso quiere decir que los chiitas en la actualidad son un símbolo de resistencia para la mayoría de los musulmanes en el mundo contra el imperialismo estadounidense y la negativa de Israel a reconocer al estado de Palestina, eso les da más fuerza, y hace que crezca el número de suníes que pasan a ser chiitas como pasó últimamente en algunos países árabes.
P: Algunos clérigos soñaban con establecer en Irán un gobierno islámico a la imagen de los talibanes en Afganistán ¿Qué ha pasado con esa pretensión?
R: Creo que no podemos comparar los talibanes de Afganistán con Irán. Primero porque Irán en la opinión de muchos era un estado democrático hasta que las últimas elecciones mostraron que no todos los iraníes admiten que viven en un estado democrático, pero los talibanes, y como se sabe, han sido creados y subvencionados por la CIA de los Estados Unidos antes de la invasión de la Unión Soviética a Afganistán para acabar con los soviéticos que cayeron en la trampa.
Para dejar las cosas claras y mostrar que en ningún país islámico ni siquiera Irán quera establecer un gobierno a la imagen de los talibanes porque no son un movimiento de musulmanes fanáticos como cree la mayoría de nosotros, sino unas personas que trabajaban con la CIA en muchos casos sin saberlo. Me gustaría citar una entrevista concedida a la revista Le Nouvel Observateur en 2006 por Zbigniew Brzezinski, quien ocupó el puesto de Consejero de Seguridad Nacional en la época del presidente estadounidense Jimmy Carter. Brzezinski afirmo que aunque se cree que la CIA inició su colaboración con los muyahidines en el año 1980, o sea después de que los soviéticos invadieran a Afganistán el 24 de diciembre de 1979, la realidad es distinta: “fue el 3 de julio de 1974 cuando el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina a los opositores del régimen pro soviético de Kabul. Aquel día le escribí una nota al presidente en la que le explicaba que, en mi opinión, aquella ayuda provocaría la intervención de los soviéticos. No empujamos a los rusos a intervenir, pero conscientemente aumentamos las probabilidades de que lo hicieran”. Más aún cuando le preguntó el periodista si no lamentaba la creación de los Talibanes que se consideran el enemigo principal de Estados Unidos en la actualidad respondió lo siguiente: “esa operación secreta era una excelente idea. Tuvo como efecto atraer a los rusos a la trampa Afgana, ¿y usted quiere que lo lamente? El día en que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera afgana escribí al presidente Carter diciéndole que era nuestra oportunidad de darle a la URSS su Vietnam. ¿Qué es lo más importante ante la mirada de la historia mundial: los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos islamistas excitados o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?
Esas declaraciones al mismo tiempo que nos descubre la verdadera historia de los talibanes, nos muestran la realidad del mundo en donde vivimos y nos enseña que la verdad nunca se puede enterrar, porque tarde o temprano habrá quien la exhume y darla a conocer.
Con eso quiero decir que no creo que Irán quería o quiere seguir el ejemplo de los talibanes, sino a veces tenemos que tener cuidado con lo que leemos o escuchamos en los medios de comunicación, porque declaraciones así hacen que la gente asocia a Irán y al islam con las barbaridades que hacían los talibanes y justificar así cualquier intervención militar contra Irán.
P: ¿Cómo ve la influencia de los credos religiosos en la toma de decisiones actuales en Irán?
R: Irán es un estado islámico y el Islam no separa entre lo religioso y lo político, por tanto el problema no es la influencia de los credos religiosos en la toma de decisiones, que es algo normal en cualquier estado musulmán, sino la interpretación que se da a esos credos religiosos.
Debemos aclarar, que no hay que tener miedo de la influencia de los credos religiosos y del Islam en la toma de las decisiones políticas, porque el Islam es una religión que llama a la paz y al amor al igual que las demás religiones y mientras Irán siga teniendo al Islam como fuente de sus decisiones políticas siempre estará abierta al diálogo y a la negociación con los demás. Cabe recordar aquí que el presidente de Irán Mohamed Jatami en la 53ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el 21 de septiembre de 1998 propuso que las Naciones Unidas, designen al año 2001 el "Año de Diálogo entre las Civilizaciones", una propuesta que fue aprobada por más de 180 países, y que muestra las buenas intenciones de Irán.
CÓMO HACER LA PAZ
P: Desde tu experiencia, ¿cómo sería posible una salida pacífica a la tensión que causa Irán en el contexto internacional y su enriquecimiento de uranio?
R: Creo que al mismo tiempo que hay una sola vía violenta para resolver nuestros conflictos, también hay muchas vías pacificas para transformarlos y aprender de ellos. Por eso, estoy seguro de que no solamente existe una salida pacífica a la tensión que causa el programa de enriquecimiento de uranio en Irán sino muchas. La primera de todas es estar convencidos de que el uso de la violencia no es la solución, tampoco es el aislamiento de Irán porque dividirnos en ejes de mal y ejes de bien nunca nos llevará a la paz. La paz empieza con un mundo unido y fuerte, ya que la unión nos da fuerza que no debemos usar contra los demás diferentes sino contra los grandes desafíos que tiene la humanidad como es el cambio climático, la pobreza y la incomprensión del otro, algo que aprovechan algunos para aterrorizarnos. La segunda vía es la justicia. Si otros países pueden enriquecer el uranio para fines pacíficos ¿por qué Irán no? Por qué no se habla de los países de la región como Pakistán, Israel y la India que ya tienen bombas nucleares y se habla más de Irán que según su gobierno su programa es por fines pacíficos. En ningún momento quiero justificar el programa nuclear de Irán pero la justicia para mí significa empezar dialogando con los países que ya tienen bombas nucleares entre ellos Rusia, EEUU, Francia, Reino Unido y China para que las eliminen y para que den ejemplo a los demás países que están gastando mucho dinero en programas nucleares que nos perjudican a todos, como lo dieron otros países que antiguamente poseyeron armas nucleares como es el caso de Sudáfrica. Si queremos vivir en paz es tiempo de establecer un dialogo responsable con Irán, no amenazándola con guerras si no cumple con las ordenes de Occidente sino dándole las garantías de que se trabajará para la eliminación de las bombas nucleares en todo el mundo porque constituyen una amenaza a toda la humanidad. Por eso, la salida pacífica al problema nuclear de Irán, empieza por una alianza universal para acabar con la idea de que la bomba nuclear significa la seguridad total, ya que muchos estados creen que obteniendo la bomba nuclear significa pertenecer al club de los países intocables.
P: ¿Cuál es el error de occidente a la hora de acercarse a Oriente?
R: Primero supongo que con la palabra Oriente te refieres a los países árabes e islámicos. Personalmente creo que tanto Occidente como los países islámicos y árabes están haciendo un esfuerzo tremendo para acercarse uno al otro y establecer un dialogo que les pueda facilitar la convivencia pacífica, pero el error que cometen los dos es que ninguno conoce ni reconoce al otro con sus diferencias. De un lado, Occidente sigue viendo al Islam como si fuera algo ajeno y lejano y si olvida de los millones de musulmanes que son ciudadanos occidentales, y de las aportaciones de Al Ándalus y de los científicos e intelectuales musulmanes contemporáneos a la civilización Occidental. Del otro lado, y como Occidente se mete cada vez más en los asuntos internos de los países islámicos y árabes, la mayoría de los ciudadanos árabes y musulmanes tienen la impresión de que sus países siguen sufriendo la colonización occidental materializada en el miedo y la humillación que sufren diariamente por sus gobiernos dictatoriales protegidos y apoyados por Occidente. Por eso creo que el único choque que existe es un choque entre los humillados y los humilladores tanto internos como externos, entre los que buscan la dignidad y los que les priven de ella, por lo que es un choque entre la humillación y la dignidad.
Es importante señalar que el error que cometen los dos, es que cada uno quiere convencer al otro de sus valores. Y como vivimos en la era de globalización o de americanización, no podemos negar la fuerza y la influencia de Occidente en toda la planeta, y que en la mayoría de las veces, cuando quiere acercarse a los demás países o culturas, lo hace para convencerlos de sus valores y su democracia que según muchos occidentales es la perfecta y la ideal para establecer la paz en el mundo.
Por eso, los países occidentales tienen que ser modestos culturalmente y saber que ninguna cultura es mejor que otra y los países árabes y musulmanes tienen que tener claro que nadie tiene la verdad absoluta. Por tanto, los dos tienen que saber que cualquier acercamiento a las demás culturas empieza por aceptarlas, y respetarlas no con el objetivo de convencerlas a cambiar sus valores, sino de encontrar el equilibrio y el punto de encuentro entre todas las culturas, algo que permitirá a todos convivir en paz y enriquecer nuestra civilización humana, ya que en la actualidad tenemos varias culturas pero solamente una civilización que es la civilización humana.
Saturday, September 18, 2010
Friday, September 17, 2010
La importancia de nuestras memorias personales en el diálogo de los corazones
Después de un año fuera de Castellón hoy he vuelto a respirar ese aire pacífico que tanto añoraba. Pocos entenderán esa sensación, pero seguro, todos los que tuvieron la oportunidad de estar en Castellón haciendo el Máster Internacional en estudios de Paz, Conflictos y Desarrollo, o en compañía de sus estudiantes, la experimentaron al igual que yo. Para todos, es claro que la magia de los estudios para la paz, no está solamente en los libros leídos ni en las clases asistidas, sino también en la convivencia diaria con el otro diferente que nos hace sentir ricos con todo lo que aprendemos de los demás y de sus experiencias.
Es cierto que estudiar la paz es importante, pero aún más importante es experimentarla, porque la paz no se encuentra en los libros, sino se vive con los sentimientos. Tampoco se impone, sino se construye.
Aquí en Castellón, con mis amigos de diferentes culturas y religiones y con los propios castellonenses, he aprendido que Dios es grande y quiere ser adorado de diferentes maneras e idiomas, en diferentes lugares y tiempos. Este es el secreto de la diversidad que Allah quiere que entendamos para conocernos y para evitar que nos matemos por Él. Un Dios, que nos ha creado diferentes para mostrarnos su grandeza y para darnos la oportunidad de conocernos mejor a través del otro, nunca querrá vernos enfrentados para adorarle de una manera o de otra. Su grandeza merece ser adorada de diferentes maneras y en diferentes lenguas. Todas las religiones son suyas, no existe una religión terrorista, ni terrorismo religioso, todas llaman a la paz, al amor y al buen trato del otro.
Es lo que he aprendido de mis experiencias con personas de diferentes culturas y religiones, que cuando piden algo a Dios dicen Amén. Es curioso escuchar a un cristiano, un judío o a un musulmán, a pesar de sus diferentes idiomas, diciendo todos Amén. Pero al mismo tiempo que nos une la palabra Amén, también nos unen nuestras experiencias personales y yo, como cualquiera de vosotros, tengo en mi vida momentos inolvidables y detalles que cambiaron totalmente mi mirada al mundo, ya que no hay personas sin memorias, ni tampoco memorias sin personas.
Por eso, no hay nada mejor que compartir nuestras memorias que nos enseñan a respetar las diferencias y a darnos cuenta de cuánto Dios nos quiere por crearnos diferentes. Me imagino la alegría de Dios el día que nos vio a Gloria de México y a mí rezando, cada uno de su manera, a la misma hora y en diferentes continentes, o también cuando mi amiga Bienvenida de Madrid me regaló un Corán el día de mi cumpleaños, y qué decir de los días que pasé con mi amigo Arcenio, ex estudiante del Máster y pastor de la Iglesia protestante, rezando varias veces juntos en su habitación y él bendiciendo la comida, mientras yo decía en nombre de Dios antes de cada comida, en donde no faltaba algo con sabor español. Sin olvidar su alegría cuando mi madre Soadia me mandaba de pequeño a traer comida de mi vecina Estrella, una señora mayor que con una hermosa sonrisa me corregía mis primeras letras en castellano; para calentarla porque ella por ser judía no podía hacerlo en su casa los sábados, tampoco me dormía los viernes temprano y tenía que esperar la llegada de mi vecino judío Mauricio, quien me hacía el nudo de mi corbata cada vez que me tocaba ir de fiestas; para encenderle la luz del edificio porque él no lo podía hacer. Y qué decir de la alegría que compartiría con Dios y con mis amigos, cuando les llamaba para felicitarles en cada año por la Nochebuena, o cuando ellos me llamaban para felicitarme por la fiesta del Ramadán y del cordero. Seguro que Dios estaba contento cuando Martín me invitó un día del Ramadán a comer con él y tenía que esperar con su familia hasta la puesta del sol para poder comer juntos. Aquel día todos nos reímos mucho, porque él me pidió bendecir la comida y yo le pedí lo mismo y calladitos nos pasamos un buen rato sin comer, pensando que uno u otro estaba bendiciendo la comida mientras yo preguntaba ¿Tanto tiempo necesitan los cristianos para bendecir la comida?
Todo eso sin olvidar la hospitalidad, que es un espacio de encuentro entre diferentes culturas y un verdadero instrumento de paz y amor entre los pueblos. Esa hospitalidad, que he experimentado tanto en España como en Estados Unidos, la llevo guardada no solamente en la memoria de mi mente, sino en las memorias de mi corazón, nunca olvidaré a Leonor de Tudela quién me abrió las puertas de la primera casa española, ni a la madre de David quien nos hospedó a casi todos los estudiantes del Máster en su casa de Villamarchante en Valencia, ni a Carmen y Lidón de Castellón, ni tampoco a Manolo y su familia en Mairena del Aljarafe en Sevilla quienes siempre tenían no solamente las puertas de sus casas abiertas para mí y mis amigos del Máster, sino también las puertas de sus corazones.
Es importante el efecto que tienen las acciones que se hacen desde el corazón, porque son acciones que no se olvidan y se quedan guardadas en el corazón del otro. Por eso, tenemos que aprender a actuar y reaccionar desde nuestros corazones, y compartir nuestras experiencias personales de las que tenemos mucho que aprender.
Son solamente algunas de mis experiencias personales con el otro, que me han hecho entender que el amor de Dios a una persona se ve en las caras de las demás personas, y yo lo he visto y vivido en las caras y los gestos de mis amigos cristianos, judíos y musulmanes en Marruecos y en España y, sobretodo, en Castellón. Con todos aprendí que la paz nace y crece con nuestro comportamiento cotidiano. Una mirada de agradecimiento, una sonrisa o una palabra dicha desde el corazón, es el verdadero lenguaje de Dios que todos entendemos a la perfección y es el camino hacia una convivencia armónica entre todos.
Por tanto, es tiempo de amarnos, es tiempo de conocernos a través de nuestras experiencias personales y de nuestras memorias del corazón, es tiempo de sonreír al otro en vez de estar esperando su sonrisa, y es tiempo de abrir las puertas de nuestras casas y de nuestros corazones al otro en busca de un diálogo y una alianza de sentimientos y de corazones.
Es cierto que estudiar la paz es importante, pero aún más importante es experimentarla, porque la paz no se encuentra en los libros, sino se vive con los sentimientos. Tampoco se impone, sino se construye.
Aquí en Castellón, con mis amigos de diferentes culturas y religiones y con los propios castellonenses, he aprendido que Dios es grande y quiere ser adorado de diferentes maneras e idiomas, en diferentes lugares y tiempos. Este es el secreto de la diversidad que Allah quiere que entendamos para conocernos y para evitar que nos matemos por Él. Un Dios, que nos ha creado diferentes para mostrarnos su grandeza y para darnos la oportunidad de conocernos mejor a través del otro, nunca querrá vernos enfrentados para adorarle de una manera o de otra. Su grandeza merece ser adorada de diferentes maneras y en diferentes lenguas. Todas las religiones son suyas, no existe una religión terrorista, ni terrorismo religioso, todas llaman a la paz, al amor y al buen trato del otro.
Es lo que he aprendido de mis experiencias con personas de diferentes culturas y religiones, que cuando piden algo a Dios dicen Amén. Es curioso escuchar a un cristiano, un judío o a un musulmán, a pesar de sus diferentes idiomas, diciendo todos Amén. Pero al mismo tiempo que nos une la palabra Amén, también nos unen nuestras experiencias personales y yo, como cualquiera de vosotros, tengo en mi vida momentos inolvidables y detalles que cambiaron totalmente mi mirada al mundo, ya que no hay personas sin memorias, ni tampoco memorias sin personas.
Por eso, no hay nada mejor que compartir nuestras memorias que nos enseñan a respetar las diferencias y a darnos cuenta de cuánto Dios nos quiere por crearnos diferentes. Me imagino la alegría de Dios el día que nos vio a Gloria de México y a mí rezando, cada uno de su manera, a la misma hora y en diferentes continentes, o también cuando mi amiga Bienvenida de Madrid me regaló un Corán el día de mi cumpleaños, y qué decir de los días que pasé con mi amigo Arcenio, ex estudiante del Máster y pastor de la Iglesia protestante, rezando varias veces juntos en su habitación y él bendiciendo la comida, mientras yo decía en nombre de Dios antes de cada comida, en donde no faltaba algo con sabor español. Sin olvidar su alegría cuando mi madre Soadia me mandaba de pequeño a traer comida de mi vecina Estrella, una señora mayor que con una hermosa sonrisa me corregía mis primeras letras en castellano; para calentarla porque ella por ser judía no podía hacerlo en su casa los sábados, tampoco me dormía los viernes temprano y tenía que esperar la llegada de mi vecino judío Mauricio, quien me hacía el nudo de mi corbata cada vez que me tocaba ir de fiestas; para encenderle la luz del edificio porque él no lo podía hacer. Y qué decir de la alegría que compartiría con Dios y con mis amigos, cuando les llamaba para felicitarles en cada año por la Nochebuena, o cuando ellos me llamaban para felicitarme por la fiesta del Ramadán y del cordero. Seguro que Dios estaba contento cuando Martín me invitó un día del Ramadán a comer con él y tenía que esperar con su familia hasta la puesta del sol para poder comer juntos. Aquel día todos nos reímos mucho, porque él me pidió bendecir la comida y yo le pedí lo mismo y calladitos nos pasamos un buen rato sin comer, pensando que uno u otro estaba bendiciendo la comida mientras yo preguntaba ¿Tanto tiempo necesitan los cristianos para bendecir la comida?
Todo eso sin olvidar la hospitalidad, que es un espacio de encuentro entre diferentes culturas y un verdadero instrumento de paz y amor entre los pueblos. Esa hospitalidad, que he experimentado tanto en España como en Estados Unidos, la llevo guardada no solamente en la memoria de mi mente, sino en las memorias de mi corazón, nunca olvidaré a Leonor de Tudela quién me abrió las puertas de la primera casa española, ni a la madre de David quien nos hospedó a casi todos los estudiantes del Máster en su casa de Villamarchante en Valencia, ni a Carmen y Lidón de Castellón, ni tampoco a Manolo y su familia en Mairena del Aljarafe en Sevilla quienes siempre tenían no solamente las puertas de sus casas abiertas para mí y mis amigos del Máster, sino también las puertas de sus corazones.
Es importante el efecto que tienen las acciones que se hacen desde el corazón, porque son acciones que no se olvidan y se quedan guardadas en el corazón del otro. Por eso, tenemos que aprender a actuar y reaccionar desde nuestros corazones, y compartir nuestras experiencias personales de las que tenemos mucho que aprender.
Son solamente algunas de mis experiencias personales con el otro, que me han hecho entender que el amor de Dios a una persona se ve en las caras de las demás personas, y yo lo he visto y vivido en las caras y los gestos de mis amigos cristianos, judíos y musulmanes en Marruecos y en España y, sobretodo, en Castellón. Con todos aprendí que la paz nace y crece con nuestro comportamiento cotidiano. Una mirada de agradecimiento, una sonrisa o una palabra dicha desde el corazón, es el verdadero lenguaje de Dios que todos entendemos a la perfección y es el camino hacia una convivencia armónica entre todos.
Por tanto, es tiempo de amarnos, es tiempo de conocernos a través de nuestras experiencias personales y de nuestras memorias del corazón, es tiempo de sonreír al otro en vez de estar esperando su sonrisa, y es tiempo de abrir las puertas de nuestras casas y de nuestros corazones al otro en busca de un diálogo y una alianza de sentimientos y de corazones.
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